Baumgartner, conocido por ser el primero en cruzar el Canal de la Mancha en caída libre y saltar desde monumentos como el Cristo Redentor de Brasil, había iniciado la cuenta regresiva para convertirse en la primera persona que supere la barrera del sonido sin apoyo mecánico, además de batir cuatro récords mundiales. "Me siento como un tigre que espera salir de su jaula", confesó el austríaco de 43 años en la previa.
El deportista y el equipo de la misión se prepararon con el objetivo de superar las marcas establecidas hace 52 años
por el coronel norteamericano Joe Kittinger, que completó un salto en
caída libre desde 31.333 metros durante la misión `Excelsior III´, en
1960.
La cápsula, que pesa 1.315 kilos,
sufrió desperfectos cuando aterrizó bruscamente tras el último salto de
prueba, efectuado por Baumgartner en julio, desde una altitud de 29.610
metros y superando los 800 kilómetros por hora.
El jueves, Baumgartner saltará desde un globo que, en la estratósfera, llegará a 36.000 metros. Uno de los objetivos de la Misión Red Bull Stratos será el de batir cuatro récords al mismo tiempo que fueron establecidos hace 50 años: el
vuelo en globo tripulado más alto –36.000 metros–, el salto desde la
mayor altitud, la primera persona en romper la barrera del sonido en
caída libre y la caída libre de mayor duración –5 minutos y 30 segundos–.
Para Baumgartner, este proyecto es mucho más que el mero hecho de batir otro récord. "Esta misión está centrada en hacer un trabajo pionero.
Puede que un día la gente mire atrás y diga que fueron Félix
Baumgartner y el equipo de la Misión Red Bull Stratos los que ayudaron a
desarrollar el traje que llevan en el espacio".
"Queremos hacer algo para la posteridad", declaró emocionado, pese a la postergación.
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